Dios no quiere que rebaje.

En el artículo anterior, les dije que Dios no quería que rebajara y tengo testigos. Resulta que en lo intricado que puede ser la vida laboral y las obligaciones familiares, poco tiempo queda para hacer ejercicio. Así que, en mis vacaciones pasadas, después de un lavado de cerebro de mi esposa, me decidí que iba a caminar para perder peso. Con toda la buena intención del mundo compré zapatos y ropa deportiva, y cuando ya iba a empezar a dar vueltas como un loco (caminar), mi esposa comenzó a trabajar. En los siete años de casados, nunca había trabajado y en ese preciso momento Dios le envía un trabajo. Lo interesante es que en la hora que podía caminar yo, ella salía del trabajo. Luego este año, de nuevo casi logra influenciar mi libre pensamiento, pero, todo se ha dado para que yo no haga ejercicio. Conclusión DIOS no quiere que rebaje.
A partir de allí empecé a releer la Biblia y me encuentro que nunca se habla de rebajar, si se habla de dar pan al hambriento (punto a favor) y de amar al prójimo como a uno mismo. Entonces si al prójimo que puede ser un necesitado hay que darle el pan, porque a uno mismo hay que negárselo, por ello sepan que las dietas no son de Dios y como ya les dije Dios no quiere que rebaje.
Seamos felices, porque la vida hay que vivirla Sin Mucho Rollo"
Gustavo Córdova Rodríguez
Filósofo y creyente de que Dios nos quiere así como estamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario